Quería haceros partícipe de un testimonio de una señora, yo la llamaría chica, que es impresionante; madre de 3 niñas. Son un poco largos, pero son tan impresionantes, que te quedas pegad@ a la silla, si dispones de ese tiempo, claro y si no, cuando tengas que planchar, te lo pones mientras lo haces. Me decís si os gusta.
viernes, 22 de abril de 2011
miércoles, 13 de abril de 2011
Menuda corrida, ¡con orejas y todo!




Ocurrió hace ya varios años. Invitaron a unos amigos a la inaguración de la plaza de toros de La Carlota. Los invitaron.... a llevar un enganche, una limonera (es decir un caballo que lleva un coche), con flamencas incluidas, como parte del espectáculo de la inaguración. Ya la cosa no empezó del todo bien, ya que pidieron a las flamencas, que se montaran a la grupa de sendos caballos, ya que "les habían fallado"sus flamencas, y claro, como era cuestión de lucimiento, los caballos lucían mejor con unas flamencas a la grupa. Salieron a la placita, toda estilosa, pequeñita, (no como Las Ventas), y he aquí, que la flamenca que iba montada sobre la jaca con el paisano más robusto (llamémoslo así), empezó a notar que estaba pingando (es decir, retrotando, dando saltos en las patas traseras); caray, cada vez, pingaba más, y a Dios gracias, tenía dónde agarrarse (ya he descrito la condición del jinete). Llegó un momento, que la plaza entera, pendiente de la inclinación de la flamenca, cada vez, más cerca del suelo, soltaba : uuuuuuuuy, y ....., otra vuelta, y otra más. Aquello parecía que no iba a terminar. Falta decir que al día siguiente, a la susodicha flamenca, la iban a pedir en matrimonio: ¡cómo estaba sufriendo el novio!, ¿me quedaré sin novia?¿qué haré con el regalo?(con lo que me había costado, y ahora, para nada). Acabó ese "numerito", y le tocó el turno a la limonera. Se colocaron las flamencas, "enteras", con cara de alivio y ¡ale!, camina Honrado (así se llamaba el caballo), derecho a la pista, "pá lucirnos". Cuando Honrado llegó a la plaza, entre los focos, la gente, "el nerviosimo de lucirse", no le dió por otra cosa, que ponerse a dos patas, y claro, el pobrecillo ¡se cayó para atrás del susto! ¡Qué catástrofe! Casi se queda en el sitio; alguien raudo, cortó la cincha y el correaje que unía el caballo al enganche. Todos boquiabiertos, pero Honrado, ¿cómo nos has hecho esto?; pues nada, cosas del directo. A las flamencas, que ya se habían lucido antes, hasta casi lo agradecieron. El siguiente "numerito" (llamémoslo así), era un rejoneador, que se daba poca maña, ya que la vaquilla le cogió la vez, y corría por dentro de la plaza, y él por fuera, con lo cual, ¡toma astazo, y otro, y otro!; el pobre caballo quedó más agujereado que un colador. Para terminar la gloriosa tarde, de espectáculo (si que lo dieron sí, entre todos), toreaba un novillero, conocido, casualmente, amigo de esta familia, (que tan gentilmente se había ofrecido "a lucirse"). ¡Cómo toreó!, ¡con qué arte! esto sí que es torear, y lo demás es tontería. Se ganó ¡2 orejas!, si ya lo decía, que lo hizo muy bien (según me contaban). Al hacer el paseillo, brindó una de las orejas, a una de las chicas de esta familia, que tan contenta ella, se quedó con la oreja, de su amigo, el novillero. Esa oreja," la sufrió" durante años su pobre madre, cada vez, que abría el congelador de su casa y se encontraba "tiesa", la oreja, que tan gentilmente habían regalado a su hija. Se despide, Ana de las Tejas Verdes
Juan Pablo II, "desde otra perspectiva más fría"

Me contaba "un casco azul", que en Bosnia (creo recordar), fué enviado a una misión muy especial: hacer de cordón disuasorio alrededor de dónde estaba durmiendo Juan Pablo II. La escolta dormía a la interperie, protegidos por un poncho, como cobijo (traducido: que pasaban más frío que Jaimito en Alaska). De hecho un compañero casi se queda en el sitio congelado. Mientras me lo relataba estaba pensando : ¡Qué suerte, ser el centinela del Vicecristo en la tierra!. Ahí queda eso. Se despide, Ana de las Tejas Verdes.
lunes, 11 de abril de 2011
Sarajevo

En cierta ocasión me topé en mi vida con una persona, experimentada en la vida: casco azul, boina verde, policía militar, escolta secreta. A todos los destinos "más difíciles", había querido ir, ¡como voluntario!
Le pregunté, que porqué lo había hecho, y me contestó: y, porqué no? ; la vida es difícil, y él contesta: "nadie ha dicho, que no lo fuera".
Le pedí que me contara una anécdota,y me contó la más impresionante, que le había hecho hasta llorar.
Corredor de Stolav, 1995, Agosto.
Limpieza étnica entre bosnios y croatas, en Sarajevo. Cifra oficial 5000 personas muertas, cifra extraoficial, 10.000 muertos, en su mayoría hombres y mujeres, un exterminio.
Había sido enviado como casco azul de la ONU; fueron a un campo de refugiados, para entregar víveres , cocinas y ¡caramelos!. Como la cifra oficial estaba muy por debajo de lo real, no había para todos.
La gran mayoría de los refugiados eran niños, que no superaban los 7 años de vida y ancianas, muy ancianas. El resto de personas, estaban muy mutiladas.
Descargaban lo que traían, y a los niños que se acercaban, les daban caramelos, que resultaban insuficientes, y había tortas, para conseguir uno.
Les llamó poderosamente la atención, que separado del grupo, había un niño, de unos 4 años, que no disputaba por el "tesoro", que traían.
Llamaron a un intérprete, para preguntarle al niño qué le pasaba. Nada, no hablaba.
Se acercó una anciana y les explicó, que ella era hermana de su abuela, y que habían asesinado a toda su familia. Se pasó todo el día junto a ellos.
Al llegar la noche, el niño cogió un caramelo y les dió las gracias.
La anciana, se echó a llorar, y les explicó, que ese niño llevaba ¡2 años sin hablar! ; les besó las manos y les entregó un rosario. Les deseó que si tuvieran un hijo, que fueran tan feliz, como lo era en esos momentos su nieto.
A los pocos años nació una hija de este casco azul, y le tiene guardado el rosario, que le regaló la anciana.
Se despide,
Ana de las Tejas Verdes
Un veterinario........¡en apuros!



De siempre me habían gustado los animales.
En un viaje que hizo mi madre a la capital, me trajo un libro, que me marcó muchísimo "Todas las criaturas, grandes y pequeñas", de James Herriot.
Contaba las aventuras de un veterinario en el valle de Yorksire. Muy divertido. Creo que a raíz de leerlo, se forjó mi vocación profesional.
Sin embargo, apuntaba en otra dirección de pequeña, cuando de viaje en una ocasión con mis padres, se cruzó un perrito; el comentario de algún hermano fue: ¡ahh, qué bonito! y el mío ¡vamos a pillarlo!
Eso cambió a raíz de leer el libro.(Cómo nos puede marcar la lectura de un libro, es asombroso).
Me contaba una amiga veterinaria, que el primer día de prácticas en el departamento de Patología General, como alumna interna, le pasó lo siguiente:
Ingresaron a un chuchillo (sin raza, pero qué listo el ca.....), cojo, cojísimo de una pata. Se lo entregó el profesor encargado de pasar consulta, sujeto por un collar. No se sabe, cómo pasó ¡pero pasó!!!!! El perrito de marras SE ESCAPÓ. Sí, como lo lees. Se soltó del collar y ni corto ni perezoso, salió por la puerta de la consulta, se metió en el pasillo de la facultad de Veterinaria, y salió por la puerta grande! El joío, cómo corría. Ni cojo, ni ná.
Calle adelante, cruzó por una avenida principal; NADIE LE ATROPELLÓ, y siguió corriendo.
Mi amiga, visto el percal, se topó con una moto, y como en las pelis, cual taxi dijo: siga a ese chucho. La moto veloz, serpenteando por calles, aceras y lo que se le pusiera por delante. Delante el hidalgo ....joío (que no lo lea mi madre), corriendo con una maña asombrosa. Mi amiga me aseguraba que estaba, cojo, requetecojo. Se adentró por una zona de callejuelas moriscas, preciosas, lo que pasa que mi amiga no estaba para recrearse la vista.
Nada, ya no sé cómo llamarlo, DESAPARECIÓ, sí, así como lo oyes. Como un ganster que tuviera una tapadera. Ni rastro.
Se despidió del motorista, no sin antes pedirle que le devolviera a la facultad, porque estaba en la otra punta de la ciudad.
Compungida, qué le iba a decir al profe? y a su dueño? ¡Que su perrito cojo, había corrido más que ella!¡Qué vergüenza! Creo que es por ello, por lo que mi amiga se entrena para ganar, no sé que carrera.
Qué suerte tuvo; no la echaron del departamento. Motivos tenían.
Otro amigo veterinario, me contó, que trabajando en una pajarería, como veterinario, tuvo un cliente muy especial. Una tarde, se acercaron a su consulta 3 ó 4 niños (no recuerda el nº, sí que eran varios), con un pajarito entre las manos de uno de ellos.
El pájaro en cuestión, tenía una argolla que se le estaba clavando en la pata.
De pájaros no entendía, "ni flowers", pero pensó: un antiinflamatorio le irá bien. Ni corto ni perezoso, le clavó la banderilla al pobre pajarillo y, se quedó ¡más tieso que la mojama! Menudo disgusto. Se le quedó una cara de tonto, ¡que ni Cantinflas, en sus mejores pelis!. Se lo entregó a los niños. Les cobró la consulta y se despidió muy compungido. Menuda cara, ¡encima, cobrarles! ya le dije unas cuantas cosas a mi amigo (que para eso están los amigos, o no?).
Me despido,
Ana de las Tejas Verdes
domingo, 10 de abril de 2011
Ajedrez, qué gran invento

Me contaron no hace mucho, las grandes ventajas que tenía saber
jugar al ajedrez, para el desarrollo intelectual.
Indagué dónde podía conseguir un juego de ajedrez para niños, y averigüé que existía "El pequeño Fritz I y II".
Enseñan a los niños a jugar al ajedrez de forma divertida y dinámica. Les gusta mucho, porque es como un cuento de dibujos animados, en el que se interacciona.
Encontré el volumen I, en la biblioteca del Forum, y el II, en el de
Durán Loriga.
Cuando dí el paso de comprarlos, los encontré en Imaginarium. ¡Una gran inversión!
Sirve para tener estrategia, saber preveer, las matemáticas y un sinfín de cosas más.
Espero que os sirva de algo.
Un saludo,
Ana de las Tejas Verdes
Gerónimo Stilton






Ayer fuimos a que nos firmara un libro, por barba,(llevamos varios cada uno, y nos quedamos un tanto chafados), Gerónimo Stilton, conocido autor de libros infantiles. Los niños estaban encantados.
Me contaba una amiga, que sus hijos se habían aficionado a la lectura, al leerle cada noche un cuento. Me decía que se había dado cuenta que tenía que darles tiempo para leer, y que si optaban por ver la tv después de cenar, no les daba tiempo a leer, ya que sus niños eran todavía pequeños, y se acostaban pronto. Tenían que elegir entre ver la tv o leer.
Uno de los profesores de sus hijos, también había animado a su hijo mayor a leer. Al ser el mayor, "tiraba" de los demás. ¡Cuánto bien puede hacer el ejemplo del@ mayor!
También me habló de unos libros que tenía, para entretener y pasárselo pipa con sus hijos:
365 actividades sin tv.
365 juegos para multiplicar la inteligencia.
230 juegos para toda la familia.
150 juegos no competitivos.
(Esto va de números)
El fantástico libro para los días de lluvia.
Tomé nota.
Un saludo,
Ana de las Tejas Verdes
lunes, 4 de abril de 2011
Antes, durante y.....después de un concierto




domingo, 3 de abril de 2011
El no también te ayuda a crecer

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